Cada vez veo más gente
con una venda
puesta en los ojos.
Incluso he visto gente que,
Habiéndosele movido un poco,
Se la vuelve a colocar correctamente.
Antonio Orihuela
En ninguna época como esta el desarrollo de las fórmulas de esterilización de conciencias ha llegado a calar tanto en la población. Jóvenes y adultos que no encuentran empleo ni vivienda digna, y sus derechos son denostados continuamente deambulan castrados de aquí para allá buscando su reflejo en las pantallas de la TV.
Vivimos en un mundo que no se abre alrededor del ciudadano, sino que cada vez le apresa más. Nos lo dan todo hecho, para cada cuatro años cambiar su imagen y dejarnos intacta la realidad. Nos venden sentimientos, tiempo libre, ocio, cultura como artículos de consumo; herramientas que reducen las relaciones humanas al siniestro juego de la competición y el derroche. Olvidando nuestro pasado, e hipotecando nuestro presente para un futuro que nunca llega. Somos cómplices por lo que callamos y dejamos de hacer en un sistema que nos tiene por víctimas voluntarias e involuntarias. El país hundido en una crisis no sólo económica, sino lo más grave, en una crisis de conciencia del ciudadano, del pueblo.
Debemos recuperar lo que es nuestro: la calle, los vínculos con los demás, la voz en los foros, en los patios, en las asambleas; conocer las inquietudes de nuestros vecinos, expresar los nuestros y desenmascarar así la realidad de esta cultura de sucedáneos de la vida. Sólo así unidos, compartiendo tiempo y espacio para luchar con un objetivo común se pueden lograr lo que hasta ahora llaman los medios utopías.
La toma de las plazas debe seguir en pie para abrir las conciencias de los transeúntes, del pueblo. Como desatascador de tanta opresión y lavado de conciencia. Unidos podemos.
con una venda
puesta en los ojos.
Incluso he visto gente que,
Habiéndosele movido un poco,
Se la vuelve a colocar correctamente.
Antonio Orihuela
En ninguna época como esta el desarrollo de las fórmulas de esterilización de conciencias ha llegado a calar tanto en la población. Jóvenes y adultos que no encuentran empleo ni vivienda digna, y sus derechos son denostados continuamente deambulan castrados de aquí para allá buscando su reflejo en las pantallas de la TV.
Vivimos en un mundo que no se abre alrededor del ciudadano, sino que cada vez le apresa más. Nos lo dan todo hecho, para cada cuatro años cambiar su imagen y dejarnos intacta la realidad. Nos venden sentimientos, tiempo libre, ocio, cultura como artículos de consumo; herramientas que reducen las relaciones humanas al siniestro juego de la competición y el derroche. Olvidando nuestro pasado, e hipotecando nuestro presente para un futuro que nunca llega. Somos cómplices por lo que callamos y dejamos de hacer en un sistema que nos tiene por víctimas voluntarias e involuntarias. El país hundido en una crisis no sólo económica, sino lo más grave, en una crisis de conciencia del ciudadano, del pueblo.
Debemos recuperar lo que es nuestro: la calle, los vínculos con los demás, la voz en los foros, en los patios, en las asambleas; conocer las inquietudes de nuestros vecinos, expresar los nuestros y desenmascarar así la realidad de esta cultura de sucedáneos de la vida. Sólo así unidos, compartiendo tiempo y espacio para luchar con un objetivo común se pueden lograr lo que hasta ahora llaman los medios utopías.
La toma de las plazas debe seguir en pie para abrir las conciencias de los transeúntes, del pueblo. Como desatascador de tanta opresión y lavado de conciencia. Unidos podemos.
Aviso a navegantes, este blog que tanto predica con la aceptación de ideologias y con el escuchar a "todo" el mundo... ESTA CENSURANDO OPINIONES!!!
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