sábado, 28 de mayo de 2011

SENSACIONES DE UNO MÁS EN ACAMPADA ALGECIRAS

Tengo 41 años, duermo aquí cada vez que puedo, e intento venir el mayor tiempo posible con la esperanza de que algo cambie algo. Intento aportar mis ideas y comparto mis preocupaciones en las asambleas diarias y estoy dispuesto a resistir hasta el final. Cada uno hemos venido por un motivo distinto, pero a todos nos une la indignación y la esperanza y los sueños de que esto cambie de una vez. Confío en el modo asambleario de toma de decisiones.

Estas noches han sido un poco más duras por las lluvias, pero aquí seguimos resistiendo para que se siga oyendo nuestra voz. La mayoría acampados permanecen despiertos por la noche, otros como yo que necesitamos aunque sea un par de horas de sueño para seguir funcionando al día siguiente nos acostamos a partir de las 4. Aquí no queremos dinero, queremos que quien quiera aportar lo haga con su esfuerzo. La gente dona comida, fotocopias, agua… Nunca falta el apoyo de los ciudadanos que nos vienen a visitar y a preguntar cada día, que nos agradecen de esta forma el esfuerzo que se está haciendo aquí, para todos.

La Plaza Alta se ha estabilizado, al igual que las demás acampadas en territorio español, no crece, pero se mantiene. Llevamos ya más de una semana en pie en la que se ha desarrollado una intensa actividad social y política, con charlas, debates y asambleas. Sin embargo, y aunque no se hayan tomado decisiones trascendentales. Los debates puede que estén todavía verdes y el movimiento aún está lejos de estructurarse, la participación en las asambleas siguen siendo multitudinarias y eso provoca que, en muchas ocasiones, se eternicen sin llegar a acciones concretas y se divague demasiado.

El grupo Democracia Real Ya, mantiene postulados partidistas y cree en la legitimidad del actual sistema como interlocutor. Por ejemplo, ve viable que las conclusiones que se refrenden en las asambleas se tramiten como iniciativas legislativas populares, mediante recogidas de firmas. Sin embargo, Democracia Real Ya no controla el campamento, ni siquiera lo apoya, desde aquí hemos oído sus voces de desacuerdo en más de una ocasión, e incluso hoy en un comunicado a nivel nacional, quiere formarse como Asociación. Aquí no queremos vincularnos con ningún tipo de asociaciones, partidos, etc.

La capacidad decisoria ha recaído prácticamente desde el primer día en la asamblea, y ésta todavía no ha decidido qué modelo de firmas adoptar, para esperar qué iniciativas o propuestas se hacen desde otras acampadas de forma paralela. En consecuencia, de momento, no hemos recogido firmas, aunque sí nuevas propuestas.

Desde Acampada Algeciras queremos llegar a todo tipo de metas, las locales, las comarcales y las de ámbito nacional; y con ello no queremos dividirnos de las demás acampadas sino todo lo contrario, el objetivo de nuestro empeño es cambiar las cosas desde abajo. Pese a la necesidad de afianzarse y a que la estructura lo permita, los acampados sí somos conscientes de que nuestro tiempo en la Plaza Alta se agota, pero no por el miedo a un desalojo, sino porque creo que debemos expandirnos a los barrios, a las asociaciones de vecinos, y no sólo quedarnos aquí. Por eso, hay que tomar una desición valiente y algo arriesgada: llevar el movimiento asambleario a los barrios y continuar trabajando desde allí, intentar llevar las asambleas de las comisiones a las plazas de los barrios, con lo que cabe la posibilidad de que el movimiento comience a trabajar a distintas velocidades o que se agote a sí mismo.

La decisión de moverse a los barrios pondrá a la Plaza Alta en una nueva encrucijada. La dispersión puede debilitar, pero yo pienso que llevando una buena estrategia podemos conseguir más apoyo, y lograr como modelo la descentralización de nuestra protesta, aunque no creo que debamos de dejar esta Acampada como nexo de todos los problemas de esta ciudad.
Por el momento, el campamento mantiene su fuerza después de que empezara todo, y creo que así debe seguir.

Sólo terminar recordando mi apoyo a todas las acampadas y en especial a la de Barcelona, que ayer sufrió un duro golpe de la democracia que no queremos.

2 comentarios:

  1. Tanta necesidad de justicia, de ética, de poner en valor el Humanismo frente al Capitalismo y el dinero. Tanto deseo de un cambio a un modelo productivo Global y sostenible que conviva en armonía con la naturaleza y que sea capaz de preservarla para generaciones futuras. Tanto anhelo por priorizar lo público frente a lo privado, la Educación, la Sanidad, el Transporte Ecológico, las Energías Renovables…Tanto reclamar una sociedad laica en la que la religiosidad sea fruto de la experiencia individual, donde, si se diera el caso de la necesidad de su sostenimiento económico, fueran aquellos que sintiéndose identificados con ellas lo asumieran, y no todo el conjunto de la sociedad, que aún respetándoles, y no compartiéndolo es su deseo no mantenerlas. Tantas horas de frustración e insomnio al comprobar que no consigues un trabajo digno y que no eres el único sino que son millones de seres humanos los que no lo tienen.
    Tanto tener que levantar la voz hasta chillar en un intento por que parezca que somos más los que nos manifestamos reclamando todo esto y mucho más, y tienes que superarte al ver que sólo eras tú y poco más, y ves como el resto te mira mientras pasea, toma café en una terraza de bar, o circulan en vehículos mirándote inhibidos mientras conducen sus coche último modelo.
    Esta es la sociedad que hay que despertar y cambiar, y para ello el movimiento 15M no puede quedar en una acampada en una plaza, en cuatro colchones, tres sillas y un toldo, en una pelea de niños en si nos quedamos o nos vamos a los barrios. El movimiento 15M debe avergonzar al resto del mundo inmovilista con su movimiento, ante su silencio la continua denuncia de las injusticias, la indiferencia por la acción, el individualismo por la solidaridad, la corrupción por la integridad, … Ha llegado el momento de dejar las plazas y pasar a la acción coordinada y muy organizada, creando sedes en las barriadas, en las universidades y colegios, canalizar aglutinando en una todas las justas reivindicaciones ciudadanas y darles contenido, plasmarlas por escrito en papel, hacerlas llegar a las administraciones públicas cercanas y lejanas, para poder exigir dentro del marco legal actual y en un tiempo prudencial respuestas a las mismas, para más tarde contraatacar ante sus posibles incumplimientos.
    Si somos tan necios y niños para no entender la importancia del momento actual y el valor de nuestro voto en esta imperfecta pero al menos DEMOCRACIA, el año próximo se habrá desvanecido la opción de al menos haber conseguido cambiar en lo más fundamental nuestra política, nuestros políticos y nuestro país. El futuro nos permitirá incluir y forzar nuevas exigencias, cambios y aceptación de propuestas razonables, lo demás es pérdida de energía, talento y tiempo, y estamos demostrando hoy por hoy que nos sobra talento, energía y razones para hacerlo, por lo tanto no perdamos de lo que menos disponemos.

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